Diseñados para resistir los rigores de las situaciones de disturbios, los trajes antidisturbios priorizan tanto la protección como la movilidad. Los componentes del traje están diseñados estratégicamente para ofrecer la máxima cobertura sin comprometer la agilidad y flexibilidad del usuario. El chaleco antibalas y el acolchado distribuyen la energía del impacto, lo que reduce el riesgo de lesiones. Los trajes antidisturbios también cuentan con correas y cierres ajustables, lo que garantiza un ajuste seguro y cómodo para diferentes tamaños de cuerpo. Esta adaptabilidad permite que el personal encargado de hacer cumplir la ley se mueva con rapidez y responda de manera efectiva en entornos dinámicos y de alta presión.