La versatilidad y eficacia de los trajes antidisturbios los convierte en herramientas indispensables para mantener el orden público y la seguridad de los agentes. Actúan como un elemento disuasorio visible, desalentando actos de violencia y agresión. La protección integral que ofrecen las demandas antidisturbios no solo protege al usuario, sino que también minimiza el riesgo de escalada y posibles daños a los civiles. Al proporcionar al personal de las fuerzas del orden una defensa fiable y resiliente, las demandas antidisturbios desempeñan un papel vital para garantizar la seguridad tanto de los agentes como de las comunidades a las que sirven.